La sombra de la política en el fútbol peruano: caso Paolo Guerrero en la UCV

El 6 de febrero, cuando se publicó la primera foto de Paolo Guerrero con la camiseta del cuadro de la César Vallejo, un informe de este diario daba cuenta de que enero había sido un mes brutal en Trujillo. En solo 30 días se habían registrado 33 asesinatos y un secuestro. El 2023 también hacía gala de su ferocidad con 300 crímenes violentos en toda la región La Libertad.

Y el 23 de febrero, cuando Guerrero pasaba exámenes médicos en la César Vallejo para integrarse al equipo trujillano, luego de superar las dudas que hicieron tambalear su trato con el club, el gerente regional de Salud de La Libertad tomaba la decisión de declarar en emergencia sanitaria los distritos de Trujillo, La Esperanza, Florencia de Mora, El Porvenir y Laredo, debido al incremento de casos de dengue. Hasta ese momento se registraban 3.500 casos y 8 fallecidos.

Está claro que a César Acuña, gobernador regional de La Libertad, no le faltaban problemas cuando decidió aparecer en el último tramo de las conversaciones con el excapitán de la selección y convertir su presentación oficial en algo parecido a un acto político.

PUEDES VER: No fue suficiente con Paolo Guerrero: UCV igualó 2-2 con Cusco FC por el Apertura de la Liga 1

“Los Acuña venían de un año malo. De hecho, él mismo César Acuña tuvo que aceptar que no le había dado prioridad al tema de la inseguridad. Y pasó como 50 días fuera del país por una licencia para ir a España. Lo de Guerrero distrajo un poco la atención sobre eso”, afirma Omar Aliaga, periodista del portal Conexión Norte.

¿Esa era la intención de Acuña? ¿Que se pasaran por alto sus omisiones mientras daba un discurso en el que llamaba emprendedor a Guerrero?

La historia está llena de políticos que se aproximan a figuras deportivas con el objetivo de sumar puntos a su alicaída aprobación. Y parece que esas maniobras sí dan resultados. En su libro La fórmula del gol (Aguilar, 2018), el periodista Jaime Cordero y el investigador Hugo Ñopo concluyeron que los resultados futbolísticos positivos, durante la campaña de Perú para el Mundial de Francia 98, favorecieron a Alberto Fujimori. Aunque su régimen corrupto registró caídas en su aprobación en casi todos los meses de 1995 a 1999, hubo pequeños repuntes que coincidían con las victorias del cuadro dirigido por Juan Carlos Oblitas, en eliminatorias y en Copa América.  

PUEDES VER: ¿Cautedependencia? Cristal y lo mucho que le costará la Liga 1 sin los goles de Cauteruccio

 Jaime Pulgar Vidal, historiador especializado en el deporte, también cree que acercarse al fútbol “mejora la legitimidad de los políticos que ocupan algún cargo público”. Aunque en un país con escasos logros deportivos lo más usual es que las autoridades presenten escenarios antes que jugadores o equipos. “En el Perú preferimos las construcciones, las canchitas, eso nos encanta”, dice el historiador. De allí que haya tantas losas deportivas con el nombre de decenas de alcaldes repartidas en todo nuestro territorio.

Y hay un gran antecedente en esta práctica: Augusto B. Leguía, el presidente que construyó el primer estadio nacional. “Siempre tenemos la idea de que fueron los ingleses los que hicieron el estadio, pero ellos solo pusieron las tribunas, lo demás lo puso el Estado. Y Leguía aparece como el hacedor del estadio, asiste a su inauguración en 1923, a los primeros partidos de la selección, sobre todo en sus victorias, apadrina al Alianza Lima, y una serie de cuestiones más”, cuenta Pulgar Vidal.

Hay que tener en cuenta que en la segunda década del siglo pasado el fútbol todavía no era un deporte de gran arraigo. No había clubes profesionales fuera de Lima. Y los principales partidos se daban entre equipos capitalinos y del Callao.

PUEDES VER: Paolo Guerrero enfureció y metió un codazo, pero se salvó de la roja en su debut con la UCV

Cuando se inauguró el nuevo Estadio Nacional, en 1952, aquello ya había cambiado, por lo que su presentación fue un gran evento nacional. El más beneficiado con ello fue el presidente Manuel Odría, quien también se vinculó con Alianza Lima al cederle el terreno en el que se levantaría el estadio de Matute.

Los militares

De los presidentes de la primera mitad del siglo XX tenemos datos sobre su aproximación al fútbol, de sus sucesores tenemos imágenes.

En una búsqueda rápida en Google se puede encontrar el titular de un diario en el que el presidente de facto Juan Velasco Alvarado pide a los seleccionados “un triunfo verdadero y no moral”. La foto que acompaña la nota tiene como escenario Palacio de Gobierno y como protagonistas al dictador y a los miembros de la selección que estaban a punto de partir al Mundial de México 70. 

PUEDES VER: Comizzo indignado por fallos arbitrales a favor de clubes grandes: "¿Hasta cuándo?"

Y no fue lo único que hizo Velasco. “En 1969, cuando Perú clasifica al mundial eliminando a Argentina, la que fue nuestra primera clasificación por mérito propio, el gobierno de Velasco estaba vigente. Y cuando los jugadores llegaron al aeropuerto, de regreso al país, tomaron un bus que fue directamente a Palacio. Allí Velasco hizo una alocución política. Vinculó ese logro con los triunfos de la revolución. Allí se ve el beneficio que le da identificarse con el triunfo de la selección”, dice el historiador Juan Luis Orrego, quien recuerda que fue el sucesor de Velasco, Francisco Morales Bermúdez, quien se benefició de verdaderos logros de la selección como la Copa América de 1975 y la clasificación al Mundial de Argentina 78. La imagen en la que Morales Bermúdez se pone la camiseta transpirada del defensor Julio Meléndez, tras una victoria frente a Chile en el Nacional, y que contratara a Augusto Polo Campos para que compusiera ‘Contigo Perú’, el popular himno de la selección, hablan de su interés por vincular al fútbol con su gobierno. “‘Contigo Perú’ fue una canción encargada por la dictadura. En general, los presidentes suelen tener el olfato para subirse al coche cuando hay triunfos. Es una cosa oportunista”, sentencia Orrego.

¿Son casos similares a la nueva relación entre la familia Acuña y Paolo Guerrero? Para Orrego, la familia de empresarios y líderes de APP ha convertido al atacante nacional en un “trofeo político”. Para Pulgar Vidal, “los políticos no hacen nada al azar, todo está planificado”. Sin embargo —señala—, la apuesta de los Acuña por Guerrero es riesgosa. Solo su rendimiento en las canchas confirmará si fue un acierto.

Nada indica que acuña se vaya a beneficiar

Enfoque. Hernán Chaparro, psicólogo social

¿De verdad favorece a los políticos que se aproximen a figuras del fútbol? Esto no siempre ocurre y dependerá de la imagen que tenga cada uno de los involucrados, así como la forma de comportarse en la situación que los convoca. Tiene que haber una historia que conecte y dé sentido a la vinculación de ambos personajes. En el caso de Acuña y Guerrero, sí se generó un debate sobre el tema de seguridad ciudadana, entre otros asuntos, pero nada indica que Acuña se haya visto beneficiado por ello. Es todo un síntoma de la política y el fútbol que en este asunto los protagonistas sean el gobernador de una región con grandes problemas de seguridad ciudadana y un jugador, a quien muchos podemos admirar, pero que ya está casi en los 40 años y de salida. Ni la política ni el fútbol avanzan por ahí.