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Sebastián Hormázabal tras su paso por Perú: “Tuve un reconocimiento que nunca había vivido”

El doble chileno de Nino Bravo, Sebastián Hormázabal, se refirió a su trayectoria artística como intérprete y a su exitoso paso por el reality de imitación Yo soy: grandes batallas, en el que quedó finalista.

10 años han transcurrido desde que Sebastián Hormázabal inició la gran aventura de decidirse por imitar a uno de sus artistas favoritos: Nino Bravo. Desde entonces, el artista originario de Chile ha participado en diversos realitys de imitación en países vecinos, logrando consagrarse ganador de la segunda temporada de Yo soy Chile en el 2011.

Tras su arribo a Perú, el imitador del baladista Nino Bravo nunca se imaginó el gran apogeo que iba a tener en nuestro país ni el cálido recibimiento que le brindarían sus seguidores peruanos, a quienes, según comenta, aún le cuesta llamarlos “fanáticos”.

Recalca que la labor de un intérprete es extenuante y debería tener mayor visibilización. “El fin de mi trabajo es lograr que la gente recuerde al gran artista que fue. Ahí es cuando logro tocar una fibra”, expresa el músico, quien ha afirmado en repetidas ocasiones que su trabajo es más un homenaje que una imitación. Esto por el respeto que tiene al “legado vocal y humano” de Nino Bravo.

Sebastián Hormázabal espera pronto reencontrarse con su familia; sin embargo, antes de ello desea consolidar su carrera artística en Perú, para luego migrar a México y finalmente poder conquistar Europa. En entrevista con La República, conocimos un poco más de la vida del gran Nino Bravo de Yo soy.

Inicio de su carrera como imitador

- ¿Cómo nació tu interés por empezar a imitar a Nino Bravo?

En el 2021, cuando sacaron los programas de imitación en Chile, yo me decidí. Me dijeron si podía imitar a Pedro Fernández porque tenía cierto parecido físico, pero recordé que en algún momento una profesora de canto me dijo que mi tono de voz era parecido al de Nino Bravo y, ahí, en la fila del casting, me decidí por cambiar de personaje.

Sebastián Hormázabal en Yo soy: grandes batallas

- Te quedaste con una gran desazón cuando el jurado de Yo soy All Stars te eliminó de la competencia el año pasado. ¿Consideras que tomaron una decisión equivocada? y, por otro lado, recalcas que el jurado de Yo soy Perú ayudó a pulir tu imitación, ¿por qué dices que no sucedía lo mismo con los jurados de Yo soy All Stars?

Siento que (los jurados de Yo soy All Stars) estuvieron confusos a la hora de responder. Decían cosas que no te ayudaban a mejorar y yo me daba cuenta que, por sus críticas, no habían estudiado mucho al personaje. Se enfocaban en la técnica de cantar, que servían como cantante, más no como imitador, porque no te están diciendo cosas puntuales de tu personificación.

En cambio acá (Yo soy Perú), estaba presente un coach vocal y de actuación. Cuando me percaté de eso, dije: ‘Aquí sí quieren que mejores como imitador’. Además, el jurado escuchaba las canciones de los artistas antes de salir a grabar y, durante el programa, volvían a escuchar al artista para dar una opinión más certera. Eso marca la diferencia.

- ¿Crees que estos recursos que Yo soy: grandes batallas les daba es la razón por la que imitadores extranjeros dicen que aquí se valora más la labor de los intérpretes a diferencia de los formatos de programa similares que tienen en sus países?

Desde mi experiencia estando en varios países imitando, el nivel de preocupación que muestran acá es superior, por lo menos, al de Chile. Eso también lo noté en Colombia, cuando me invitaron a un programa de las mismas características.

Muchos colegas extranjeros dijeron que acá hubo un gran recibimiento y crecimiento como artistas. Las opiniones del jurado eran buenas. El formato y trato de acá de verdad que a uno lo hacen sentir muy bien, porque te ayudan a crecer.

- En esa misma línea, ¿cómo tomas el recibimiento del público peruano con tu trabajo como artista?

Yo vine con la intención de hacer un buen concurso y dejar una buena imagen con mi trabajo, y me encontré con un recibimiento extremadamente afectuoso y un reconocimiento a lo que hago que nunca había vivido.

Acá la música de Nino Bravo es muy querida, lo cual me llena de orgullo y satisfacción. A cualquier rango de edad le gusta su música, eso es lo más sorprendente. El nivel de conocimiento musical que tiene la gente aquí es extraordinario, la cultural musical de Perú es muy rica.

- ¿Cuándo diste tus palabras de despedida tras ser eliminado de Yo soy: grandes batallas, dijiste: ‘Nunca imaginé que volvería a estar en una habitación como esta después de todo lo que tuve que pasar’? ¿A qué te referiste con esta frase?

Cuando estuve en Yo soy All Stars (Chile), quedé afectado anímicamente al sentir que no hubo un respeto a mi trayectoria como imitador. Tras ello, llegó la pandemia y prácticamente ‘mató’ a los artistas. Fueron momentos muy tristes, sumados a problemas personales que influyeron en mi estado de ánimo y que desencadenaron en mí una depresión y aislamiento de la música.

Entonces, el que me quisieran tanto en el canal y que a la gente le guste lo que yo hago me hizo rememorar las extensas jornadas de trabajo que realicé en otro rubro que no fue la música, exponiéndome al virus, haciendo algo que no me gustaba. Por eso me quebré y dije esa frase en el programa. Cuando me va bien no me olvido de dónde vengo ni de lo que soy y ni de lo que tuve que pasar.

- ¿Te pareció justa la decisión de haber sido eliminado por Sebastián Landa, el José Feliciano peruano, en la votación del público? ¿Creíste tal vez que la etapa final pudo haber sido manejada de manera distinta?

Las condiciones fueron así y ya está. Era lo que había y había que darlo todo. Me hubiese gustado quedar en segundo lugar con él en la última etapa. Sin embargo, la situación no se dio y, como participante, tuve que acatar las condiciones del formato.

- En una transmisión en vivo que realizaste semanas atrás, mencionaste que sufriste envidia por parte de algunos personajes. Sobre esto, ¿ellos (miembros de Yo soy) te hicieron comentarios haciendo notar su desaprobación con tu presencia en el reality?

La envidia que yo sentí fue por parte de personajes de Chile, no de Perú, y fue cuando recién me invitaron a participar acá. En Perú no he tenido ninguna demostración de ese tipo de ningún colega.

Salió una nueva camada de imitadores en Chile con una forma de ser muy altanera, quienes desaprobaron que yo esté aquí porque dijeron que estaba muy viejo, que llevaba mucho tiempo en esto y consideraban que el artista al que imito estaba desfasado. Muchos de ellos, además, rechazaron la invitación de Yo soy y luego se mostraron arrepentidos.

- ¿Cómo tomaste la presencia de imitadores chilenos en las batallas de Yo soy?

A ‘Myriam Hernández, ‘Luis Fonsi’ y ‘Frank Sinatra’ también los conozco hace años y estaba contento por ellos. Creo que su presencia en el show debe servir para que en Chile se den cuenta de que los imitadores somos artistas importantes, y que logramos llevar la magia de los cantantes que ya no están.

- ¿Tienes pensado reunirte prontamente con tu familia? ¿Qué te dicen tus hijos al verte en la tele?

Sí, pronto me regreso a Chile, ya quiero verlos y estar con ellos, reírme, abrazarlos, eso. Cuando me ven en la tele se lo toman con mucha naturalidad. Me han visto tantas veces en lo mismo, que dicen: ‘Ah sí, mi papá está allá (en la tele)’. Igual me desean éxitos y me dicen que me cuide.

Trayectoria como artista

- Llevas 10 años interpretando a Nino Bravo. En todo este trayecto de constante esfuerzo y dedicación, ¿cuál ha sido la mayor lección aprendida?

La mayor lección la aprendí viniendo para acá y es ‘Nunca darse por vencido y siempre hay una oportunidad para poder lograr lo que uno sueña y quiere’. A veces hay momentos malos, pero no hay que tirar los sueños por la borda.

Proyectos en Perú

- Tu objetivo al venir aquí era consolidarte como artista, luego emigrar a México y finalmente llegar a tierras europeas, ¿sientes que esos planes comienzan a prosperar para ti?

Efectivamente. Creo que con la repercusión mediática que tiene el programa acá, se puede lograr. Lo primero es consolidarme acá, hacerme un nombre y ser un artista más de Perú.

Luego, ir a México o a EE.UU, ambos países son muy importantes, porque me permitirían tal vez llegar a Europa, España específicamente, que es la tierra de Nino Bravo. Hay una opción que se está barajando para mitad de año, pero continúa en conversaciones. Paso a paso vamos a lograr las cosas que uno se propone.

- He visto que has estado haciendo presentaciones en algunos departamentos del país, ¿tienes pensado expandir la cobertura de tus presentaciones en Perú?

Sí, tengo muchas ganas de ir al norte del Perú. Me ha escrito mucha gente de Chiclayo, de Trujillo, de Chimbote pidiéndome que vaya para allá. Yo feliz de ir, pero ya no depende tanto de mí, sino de promotores o empresarios que lleven mi show para allá. Ojalá pueda darse a fines de febrero o marzo.