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D. B. Cooper: ¿cómo un hombre secuestró un avión, recibió una cuantiosa recompensa y no fue detenido?

Por años, el misterio de uno de los robos más famosos de los Estados Unidos ha generado miles de hipótesis ¿Qué pasó realmente con D. B. Cooper, el sujeto que burló al FBI?

Hace más de 50 años, D. B. Cooper consiguió escapar de un avión con US$200.000 que logró recibir de las autoridades de Estados Unidos tras secuestrar un avión. Foto: composición LR/referencial IMDb/FBI
Hace más de 50 años, D. B. Cooper consiguió escapar de un avión con US$200.000 que logró recibir de las autoridades de Estados Unidos tras secuestrar un avión. Foto: composición LR/referencial IMDb/FBI

En 1971, un insólito hecho conmocionó a Estados Unidos: un hombre identificado como D. B. Cooper, secuestró un avión con pasajeros que se dirigía de Portland hasta Seattle y exigió el pago de US$200.000 a cambio de no explotar el avión en el que se encontraba. Con el botín conseguido, se lanzó con un paracaídas, burlando al FBI, y desapareció para siempre.

Más de 50 años pasaron de este suceso y aún esta historia es considera por muchos estadounidenses como un misterio, el cual aún busca ser resuelto por varios investigadores ¿Qué pasó con D. B. Cooper y cómo consiguió el considerado “robo perfecto”?

¿Qué hizo D. B. Cooper?

En la mañana del 24 de noviembre, un hombre que se registró como Dan Cooper compró un boleto de la aerolínea Northwest Orient. El avión partiría del aeropuerto de Portland, en el estado de Oregón, hasta Seattle, en Washington. Vestido con un traje negro y llevando consigo un maletín, este sujeto aparentaba ser un ejecutivo entre los demás 35 pasajeros, aunque sus planes se relacionaban con otro tipo de negocios.

Aquel día, Florence Schaffner, una joven azafata de 23 años, se encontraba repartiendo los pedidos del vuelo con toda normalidad, hasta que llegó al asiento de Cooper. Cuando ella le dejó su bourbon, este le devolvió una nota, la cual ignoró en un primer momento. Sin embargo, en un extraño comportamiento, el sujeto insistió en que la abriera.

En el pequeño trozo de papel, la aeromoza encontró, con una clara caligrafía, que Cooper le informaba que estaba secuestrando el avión, el cual haría explotar si sus requerimientos no se cumplían. Atónita por lo que acababa de leer, siguió el pedido del hombre y se sentó a su costado, descubriendo momentos después que en el portafolio que él llevaba se hallaba la supuesta bomba.

Viendo que no se trataba de una broma, le transmitió los hechos al piloto, así como los otros requerimientos, que consistían en US$200.000, cuatro paracaídas y que el avión se detuviera en Seattle para recargar combustible.

Las autoridades y el FBI decidieron cumplir con los requerimientos del secuestrador, quien, al aterrizar en Seattle, liberó a los 35 pasajeros a bordo, pero mantuvo retenidos a los tripulantes y obligó al piloto a que se dirigiera hacia Ciudad de México. De acuerdo con la revista The New York, Cooper mostró una evidente planeación al solicitar que la aeronave volara a menos de 10.000 pies de altura y a una velocidad inferior a 200 nudos.

De acuerdo con los testigos del hecho, en algún lugar entre Seattle y Reno, luego de unas 20 horas, D. B. Cooper se lanzó con un paracaídas y la bolsa de 10 kilos con billetes que se le entregaron en medio de una fuerte lluvia. Nunca más se le volvió a ver, muerto o vivo.

¿Qué pasó con D. B. Cooper?

Tras este secuestro, el FBI decidió iniciar una exhaustiva investigación denominada Norjak. Durante días, D. B. Cooper fue buscado por aire, tierra y agua. Sin embargo, ningún cuerpo, paracaídas o billetes se hallaron. El caso se popularizó en Estados Unidos, donde se crearon múltiples hipótesis sobre lo que pudo suceder. Para 1976, a un total de 800 personas se les consideró como sospechosas.

Las únicas pistas que se hallaron fueron en 1980, cuando un niño encontró un fajo de US$6.000 enterrado en una playa. Las autoridades confirmaron que había sido el dinero que le dieron a Cooper debido a que el número de serie coincidía con el que ellos tenían. El caso se cerró en 2016, cuando el FBI argumentó que el sujeto sobrevivió al salto en paracaídas.

Bachiller en Periodismo por la Universidad Jaime Bausate y Meza. Con experiencia en el área de derechos de las mujeres y poblaciones indígenas. Ahora en la sección Mundo de La República.