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Se agotó la santa paciencia en Piura

"Hoy, que la paciencia llegó al límite, nos toca salir al frente, cerrar filas para defender a una Piura que da mucho por el país, pero que no recibe el mismo trato por parte del Gobierno central".

Por: Pedro Castro Balmaceda

Durante las primeras semanas del gobierno democrático de Dina Boluarte –nos guste o no ella era la sucesión de la fórmula presidencial del torpe golpista Pedro Castillo– una de las pocas regiones que le dio tregua, paz y estabilidad al régimen de la primera presidente mujer del Perú, fue Piura.

Siendo una de las regiones más golpeadas durante la pandemia de la Covid-19 y que buscaba retomar el camino de la estabilidad en una economía bastante diversificada, pero también coexistiendo entre la indiferencia de gobiernos centrales, la corrupción de Gobiernos regionales y la incapacidad de Gobiernos locales.

Es por eso por lo que el pueblo piurano no solo ha perdido la fe en presidentes, ministros y congresistas, sino que esa condescendencia que siempre nos caracterizó ha sido dejada de lado y las voces de protesta, de enojo e indignación ya se dejan sentir en esas calles empolvadas y encharcadas.

En cifras del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo, Piura es la tercera región más importante del interior del país luego de Arequipa y La Libertad (4,3% del PBI), y la sexta que más exporta (4,8% de participación); siendo la principal productora de limón, mango, uva, caña para etanol; petróleo, fosfatos y productos hidrobiológicos congelados.

Sin embargo, y a pesar de tener una economía bastante sólida en algunos sectores, en otros, la informalidad, la falta de institucionalidad y la nula fiscalización nos vuelve una ciudad bastante inconsecuente y poco segura.

Es toda esta mezcla de autoridades inútiles, abandono social y un Estado ausente que ha permitido que estos truhanes metidos en la política jueguen con nuestras esperanzas de una ciudad desarrollada, de una región moderna, sin desagües colapsados, sin ríos desbordados y –sobre todo– sin pistas convertidas en trochas carrozables ante la primera lluvia.

Hoy, que la paciencia llegó al límite, nos toca salir al frente, cerrar filas para defender a una Piura que da mucho por el país, pero que no recibe el mismo trato por parte del Gobierno central, necesitamos una reconstrucción eficaz, liderada por profesionales capaces, pero, sobre todo, honestos; no podemos seguir esperando la buena fe, sino exigir que toda obra a ejecutarse, a partir de hoy, sea una solución definitiva y no un fracaso más en nuestra historia.

Pedro Castro Balmaceda

Piurano, Comunicador Social y Administrador. Fui periodista más de un lustro y desde hace una década trabajo en Relaciones Comunitarias, pero siento que entre ambas profesiones existe una similitud: la sensibilidad social. Me gusta leer y escribir, tengo cuentos sin publicar y una novela a mitad de camino por falta de inspiración y valentía.