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“Clostridium difficile” en la democracia, por Diego García-Sayán

“El 71% de la gente respalda varios de los argumentos de las movilizaciones del próximo miércoles 19 —que deben ser pacíficas— y que exigen elecciones generales ya y el fin de la desastrosa gestión de Estado vigente”.

Tentáculos tipo microbianos vienen socavando las precarias democracias latinoamericanas. Desde dentro, como el “Clostridium difficile” que, al igual que muchos microbios, puede destruir el organismo de un ser humano. Causando desde infecciones intestinales graves hasta la muerte. La medicina sugiere antibióticos y rigurosas medidas de higiene para detener su propagación.

El ataque a las democracias latinoamericanas, sin embargo, es por decisión humana, y fue mutando con la historia. Si antes las amenazas a la democracia pasaban por seducir a los cuarteles para utilizarlos, en estos tiempos el sistema es socavado desde dentro, en procesos en los que el entresijo de pactos corruptos y de vocaciones autoritarias marca un ritmo de curso semejante a los ataques microbianos antidemocráticos.

Tuvimos de eso en el Perú de los noventa. Y el proyecto autocrático de Fujimori fue finalmente sepultado por acción de la sociedad civil y de la institucionalidad democrática regional (el sistema interamericano, entonces vigoroso). La Mesa de Diálogo de la OEA o las decisiones de la Corte Interamericana de Derechos Humanos fueron cruciales para que se devolvieran canales de televisión intervenidos, se acabara con el escuadrón de la muerte dirigido desde el SIN y Palacio de Gobierno, se recuperase la independencia de la Corte Suprema, la Fiscalía de la Nación y el sistema electoral, entre otros.

En tiempos presentes, una situación semejante a esta recorre varios países de nuestra región como Guatemala, Nicaragua, El Salvador, y hoy vuelve a embestir al Perú.

En Guatemala, se está en medio de un proceso electoral. En él un amplio sector de la ciudadanía busca poner fin al llamado “Pacto de los Corruptos” fortalecido durante la gestión gubernamental de Giammattei. Dentro de ese marco, la independencia de la justicia se vio particularmente atacada, dentro de un cuadro sistemático de acoso y amenazas a jueces y fiscales investigando casos de corrupción. Varios jueces o fiscales se han visto obligados/as a dejar su país.

Son esas mismas fuerzas del llamado “Pacto” las que han estado moviendo cielo y tierra para trabar la segunda vuelta en el proceso electoral en curso buscando relegar a Bernardo Arévalo, el candidato socialdemócrata “sorpresa” que surgió, con vocación renovadora, en la votación del 25 de junio. Se avanzó correctamente este lunes, finalmente, con la decisión de la Corte Suprema, de dar curso a la segunda vuelta a realizarse el 20 de agosto y abrir la esperanza de una elección que sea limpia y transparente. Pero el Tribunal Supremo Electoral, por su lado, aún no oficializa los resultados de la primera.

Lo de El Salvador es asunto grave y de zarpazos antidemocráticos en tres etapas: 1) destitución arbitraria del Tribunal Constitucional y del fiscal general el 2021; 2) designación amañada y “exprés” de reemplazantes a dedo del gobernante; 3) candidatura de Bukele a la reelección, ya anunciada, yendo en contra de la Constitución.

En el Perú nuestro, hay una suerte de “Pacto de los Corruptos” local que parece avanzar sin pudor. Con un Gobierno extremadamente débil, cada vez más endeble ante el extremismo cavernario, y un Congreso que todos los días devora principios y valores democráticos internacionalmente establecidos. Con muchos resultados con olor a prontuario: plagar instituciones básicas de lamentables designaciones; intervención inconstitucional de la Fiscalía con la remoción de la fiscal suprema Ávalos (y silencio cómplice de la fiscal de la Nación) y ahora apunta groseramente a demoler la independencia del sistema electoral y de la Junta Nacional de Justicia.

Nuestro local “Pacto de los Corruptos” sobrevive, pero cada vez con más pies de barro y nula legitimidad. Olvidando que la gente existe, que los desaprueba, y que socavar la democracia genera consecuencias. Así como en el 2000 la gente impuso la transición en las calles, no es un dato irrelevante que una encuesta de esta semana revele que el 71% de la gente respalda varios de los argumentos de las movilizaciones del próximo miércoles 19 —que deben ser pacíficas— y que exigen elecciones generales ya y el fin de la desastrosa gestión de Estado vigente. Antibiótico así sería crucial para eliminar al Clostridium difficile que nos destruye.

larepublica.pe
Diego García Sayán

Atando cabos

Abogado y Magister en derecho. Ha sido ministro de Relaciones Exteriores (2001- 2002) y de Justicia (2000- 2001). También presidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Fue Relator Especial de la ONU sobre Independencia de Jueces y Abogados hasta diciembre de 2022. Autor de varios libros sobre asuntos jurídicos y relaciones internacionales.