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Tampoco tome chilcano, ministro

“¡Salud al señor ministro! Aunque, quizá, él prefiera brindar con agua”.

No era común un lazo entre la poesía de Chile y la economía del Perú —hay distancia en la geografía y también en la doctrina—, pero el Gobierno de Dina Boluarte lo ha estrechado: una oda de Neruda describe la vigente reputación del limón. “Se llenaron las costas, los mercados de luz, de oro silvestre”, escribió el artista en 1957. El oro silvestre, el oro verde, el lujo, la nueva forma de pago… Los títulos para este fruto superan la lista de soluciones ante el alza de su precio.

Exprimido el humor en redes sociales, permanece en el ideario colectivo la ira tras la sugerencia de Alex Contreras, el ministro de Economía y Finanzas: sustituir el ceviche por el pollo saltado. Más que una recomendación gastronómica, fue una cucharada de zumo de indiferencia, porque el funcionario empleó en el mismo discurso los términos ‘soberanía del consumidor’ (capacidad para determinar oferta y demanda) y ‘especulación’ (ánimo de lucro). Su diccionario personal, al igual que una limonada sin azúcar, resultó agresivo para quienes comercializan el plato bandera y viven de él, para los ciudadanos cuya libertad monetaria solo puede apuntar a las alternativas más módicas —no comprarlo— y para aquellos que buscan recuperar la inversión.

Desde su papel de autoridad olvidó a los otros agentes sociales y acentuó, con el sabor cítrico de su declaración, la vulnerabilidad instalada en la agricultura peruana, una dinámica de producción que empieza en el norte —tal vez muy lejos de su oficina capitalina— y cuya cosecha se extiende hasta el sur. Las anomalías climatológicas modificaron las estrategias de cada elemento de la cadena; por tanto, un consejo así sobra.

Si el remedio estuviera en el reemplazo, el limón no sería el objetivo: el país se aventuraría a fichar cargos políticos y moneda. En medio de una crisis, la potestad —de quienes gozan de ella— debería usarse como si se siguiera una receta para preparar un chilcano de pisco: con una cuota bien calculada. De lo contrario, el resultado es ácido, muy ácido. ¡Salud al señor ministro! Aunque, quizá, él prefiera brindar con agua.

Camila Vera

Correctora web y columnista del espacio Glosario azul en La República. Periodista piurana (Udep) con experiencia en el género argumentativo y narrativo, y en la docencia de la gramática española.