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Sociedad

En 12 regiones del Perú existe riesgo alto de tuberculosis

Alerta. Minsa confirma que se ha retrocedido hasta 10 años en la detección de casos por impacto de la pandemia. Lima, Callao y localidades del oriente registran mayor carga de la enfermedad.

Fue en la gestión de la exministra incluida en el Vacunagate Pilar Mazzetti que se aprobó la “Norma Técnica de Salud de Atención Integral del Adulto con Infección por el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH)”. Foto: Jorge Cerdan Campos/La República.
Fue en la gestión de la exministra incluida en el Vacunagate Pilar Mazzetti que se aprobó la “Norma Técnica de Salud de Atención Integral del Adulto con Infección por el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH)”. Foto: Jorge Cerdan Campos/La República.

Luego de que La República alertara el preocupante descenso en la detección y diagnóstico temprano de la tuberculosis (TB) durante la emergencia sanitaria por la COVID-19, el Ministerio de Salud (Minsa) ha reconocido que este retroceso incluso podría ser de hasta 10 años.

“La pandemia ha sido muy agresiva. Hace una década que no se tenía esa caída en el Perú y en el mundo, y no se veían esos casos. Muchos han estado en sus casas o pensaban que era covid. Eso hace que ahora lleguen con lesiones más avanzadas”, señala Julia Ríos, titular de la Dirección de Prevención y Control de tuberculosis.

Según detalla, hasta el 2019 llegaron a identificar el 89.1% (32.970) de los casos estimados en todo el país. La meta para ese año era el 90%, es decir, 33.300.

No obstante, el 2020 el porcentaje bajó hasta 66.4% (24.581), cifra no registrada en los últimos años. “Nos dirigimos a preservar el tratamiento, supervisión, que no falten medicamentos, pero disminuyeron las actividades de detección, sobre todo en comunidad y sintomáticos respiratorios debido a que los trabajadores estaban abocados a la COVID-19 y muchos murieron o estuvieron en casa”.

Luego, en el 2021 se registró el 71.5% de lo esperado y hasta abril de este año se han detectado 8.892 casos de tuberculosis, la enfermedad infecciosa más mortal del mundo después de la COVID-19.

Preocupación en la selva

El Perú es el segundo país con la mayor tasa de casos, solo debajo de Haití; y el primero cuando se trata del tipo multidrogo resistente a nivel de las Américas.

Y dentro del país, 12 regiones registran riesgo “muy alto” y “alto” de este mal. En el primer grupo figuran Ucayali, Madre de Dios, Loreto, Tacna, Tumbes y Callao. En el segundo, Lima, Cusco, San Martín, Amazonas, Lambayeque y Cajamarca.

En 12 regiones del Perú existe riesgo alto de tuberculosis

En 12 regiones del Perú existe riesgo alto de tuberculosis

Esta última llama la atención del Minsa dado que no tiene un número de casos importante, pero presenta alta letalidad y poca terapia preventiva, la cual está dirigida a quienes han tenido contacto con pacientes.

“El 60% de los casos se encuentran en Lima y Callao. Pero, además, hay otras regiones, sobre todo del oriente, que preocupan mucho. En Loreto, el porcentaje de positividad es de 6%; mientras que a nivel nacional es 2.5%. Eso significa que hay muchos pacientes con BK (baciloscopía o análisis de esputo) positiva y esa transmisión es muy fuerte en comunidad”.

El mayor riesgo de TB puede estar vinculado a determinantes sociales como aquellos presentes en grandes ciudades, el hacinamiento y la inadecuada alimentación. También a la tasa de letalidad (casos que han iniciado el tratamiento y fallecen) o al porcentaje de positivos.

Priorización por brechas

A partir de ello, se han establecido regiones priorizadas para el cierre de las brechas. Cada una tiene un equipo itinerante, con radiólogos o laboratoristas, que debe realizar campañas diarias.

Para este año, además, se espera la distribución de 18 equipos de rayos X digitales en esas localidades. Estos pueden movilizarse -hasta en mochilas- hacia plazas o espacios públicos.

Dichos aparatos cuentan con un software que permite tomar una placa digital y detectar si se trata de un caso probable de TB. Esta imagen, luego, pasa a la tablet de un médico, el cual evalúa al paciente y solicita una prueba molecular. Con ello se debe decidir de inmediato si se inicia tratamiento o terapia preventiva. Ambos son gratuitos.

A la fecha, existen 12 equipos para todo el país, los cuales se obtuvieron a partir de una subvención del Fondo mundial para la lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria. “También tenemos el método Xpert, que con una prueba molecular permite identificar de forma rápida si es TB o incluso si se trata del tipo resistente”, dice Ríos.

Exigen que se entreguen canastas a pacientes con tuberculosis. Créditos: La República.

Exigen que se entreguen canastas a pacientes con tuberculosis. Créditos: La República.

César Ugarte, médico epidemiólogo especialista en TB, considera que para cerrar brechas se necesita de un trabajo multisectorial que incluya apoyo monetario a los pacientes hasta que se recuperen, así como asegurar la disponibilidad de medicamentos y métodos diagnósticos fuera de Lima. “Es una enfermedad social que refleja la desigualdad. El programa de TB podría poner todo el tratamiento, pero de nada sirve si una persona desnutrida no tiene ventilación ni apoyo social. La mayoría de casos que se complican son personas vulnerables”.

Cambios en la nueva guía de tratamiento

Tras la solicitud de la actualización de la guía de tratamiento por parte de los pacientes, el Ministerio de Salud estima que esta podría publicarse a fin de mes.

“Se ha demorado por la pandemia. Ha pasado por la sociedad civil. Ya tenemos la aprobación de todas las instancias del Minsa. Hay un tema a nivel administrativo (pendiente), detalla Ríos.

Añadió que se ha revisado la reciente guía de manejo de la OPS y que el esquema en general será oral. Este no considera la kanamicina, pero aún figurará la amikacina.

Para acudir a un centro de salud bastará con tener tos por 10 días a más. No será necesario la fiebre o el bajo peso.

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Periodista por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Reportera de la sección Sociedad y trabajó en el suplemento Domingo de La República. Integrante de la Red Latinoamericana de Jóvenes Periodistas de Distintas Latitudes. Fue becaria de Cosecha Roja y del Laboratorio de Periodismo Situado. Colaboradora de la revista Anfibia, de Argentina. Coautora de los libros de crónicas Rosario, ciudad Anfibia y Generación B: Jóvenes de la Esperanza. Participó en una pasantía en la Universidad Católica de Milán, en Italia, y en el intercambio periodístico EQDA, en Suiza. Ha ganado concursos nacionales de periodismo. Busca explorar y aprender más sobre educación, salud, violencias, innovación, comunidades originarias y derechos humanos.