Carnaval de Cajamarca 2024: "Para el rico y para el pobre, para todos lo hizo dios"

El carnaval de Cajamarca, este año llamado ‘Carnaval Inolvidable 2024’, dejó un enorme rastro de pintura, música y alegría en la memoria de todos los que pudimos asistir. Desde nuestra llegada hasta el último minuto, los tambores y las trompetas sonaron incesantemente, siempre acompañados de un sol abrigador y un clima templado que hacen de la ciudad un escenario perfecto para el disfrute de una fiesta sin igual.

Día 1, llegada: "Destino que me has traído de mi tierra para acá"

Salimos desde Lima, en medio de una ola de calor casi insoportable, hacia Cajamarca. Tras una hora de vuelo en la aerolínea JetSmart, llegamos al aeropuerto Mayor General FAP Armando Revoredo Iglesias, a 15 minutos de la capital de la región.

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En medio del aterrizaje, casi como un rezo a Dios, en mi mente ya sonaban las coplas cajamarquinas: “Destino que me has traído de mi tierra para acá (bis), así como me has traído devuélveme para allá (bis)”.

Gran sorpresa me llevé al bajar del avión. No era mi mente, eran los carnavaleros del barrio de Cumbemayo que esperaban la llegada de familiares desde Japón, en medio de una gran fiesta con tarolas, trompetas y coplas.

Tuve que irme rápido hasta el distrito de Baños del Inca, a 10 minutos del aeropuerto, donde me esperaba la familia Moreno, con el plato más tradicional de Cajamarca, el frito con chicharrón, y su chicha tradicional, ambos preparados por las manos maravillosas de las hermanas Elvira y Socorro Moreno, 'Vila' y 'Coca' de cariño.

Luego de un breve descanso en la casa de la familia Rodríguez Moreno, no nos aguantamos y subimos a la ciudad de Cajamarca, donde sus plazas y calles se llenan con las comparsas de los barrios, amigos y familiares para bailar y disfrutar al compás de las coplas carnavaleras.

Día 2, entrada del Ño: "Quieres carnavales, toma carnavales"

La entrada del gran 'Rey Momo'. Este día, el Ño Carnavalón, como también se le conoce, hace su ingreso a la ciudad de Cajamarca, y luego de pasear por las calles principales hace su llegada al gran Qhapaq Ñan, donde le espera un concierto de más de seis horas.

El día amaneció tan lluvioso que nos dio un poco de miedo salir temprano. Ya casi al mediodía nos alistamos, ropa viejita desde los zapatos hasta la ropa interior y salimos a la gran locura de pintura y agua.

“Si quieres carnavales, toma carnavales” y ni bien salimos de casa, eso fue lo que recibimos: un gran balde de agua tibia desde los pozos de baños del Inca y un poco de pintura de los carnavaleros tardíos, que —como yo— recién subían a la gran fiesta.

Fuimos más de 100.000 personas las que durante seis horas bailamos y disfrutamos, con lluvia, barro, pintura y un poco del tradicional calientito para ponernos más alegres.

Día 3, concurso de patrullas y comparsas

El domingo, un sol intenso nos despertó muy temprano. Rápidamente, tomamos una combi que nos llevó desde Baños del Inca hasta la ciudad de Cajamarca, donde nos esperaban Paty Moreno y Jaime Chávez, amigos de ArteSano Café que nos habían separado asientos en la fachada de su local, muy cerca de la plaza de Armas, para disfrutar del concurso de patrullas y comparsas.

Ni bien llegamos, el concurso iniciaba con lo mejor que tenía: nos recibía el barrio de Cumbemayo, uno de los más representativos y ganadores en la categoría de patrullas. Luego, una parodia del expresidente y dictador Alberto Fujimori nos sorprendía con su graciosa representación del ‘fujiindulto’.

Así pasaron las horas y barrio tras barrio nos iban asombrando con su elegancia y color. El barrio de San Pedro, San Sebastián, San Vicente, entre otros; también se hacían presentes los distritos y centros poblados de Cajamarca, con sus elegantes ‘silbadoras’ y otras representaciones que traían la fiesta con instrumentos más tradicionales, como la caja y el clarín.

Fueron casi ocho horas de pasacalle y 43 comparsas las que nos hicieron bailar y disfrutar toda la tarde.

Día 4, el gran corso del carnaval

Por si no fuera suficiente con un día, el gran corso es un desfile en el que vuelven a salir las comparsas, ahora acompañadas de los carros alegóricos, pero esta vez por calles alrededor de la ciudad de Cajamarca. Los carros y comparsas hacen su cola desde la Universidad Nacional de Cajamarca hasta el Qhapaq Ñan, donde inicia el corso.

Con esta información, quisimos, esta vez, ser protagonistas más que espectadores. Nos fuimos a la cola de espera —donde realmente es una fiesta aparte—, las comparsas están bailando, haciendo música y bebiendo chicha de la buena.

Después de un pequeño incidente con un globo mal disparado por un joven que confundió el juego con la agresión, decidimos tomar lugar en uno de los palcos cerca de donde comienza el corso. Dato curioso: los precios de los palcos por persona van desde los S/20 hasta los S/100. Nosotros aprovechamos los espacios más económicos.

Uno a uno iban pasando los carros alegóricos y desde el principio me llamo la atención una representación del Clarín, del centro poblado de Chamis, que se llevó el título de campeón de campeones al sumar 98 puntos y acumular un premio de S/15.000.

Este día termino con la clásica guerra de globos entre palcos, donde los ganadores fuimos todos, pero los que facturaron fueron un grupo de niños que se dedicaban a la venta de globos a un cómodo precio de 6 por S/1, y el balde grande a S/30.

Día 5 y 6, velorio y entierro del Ño Carnavalón

Después de cuatro días de juerga, bebida y baile, el gran 'Rey Momo' fallece a causa de los excesos. Esto marca el inicio del fin del Carnaval de Cajamarca.

Como era de esperarse del rey de los pecados, todas sus ‘viudas’ de cada barrio empiezan a llegar a su funeral para llorarle y despedirse a su manera curiosa y muy graciosa.

Es así que propios y extraños ven con mucha nostalgia el final de los carnavales 2024 y entre coplas expresan sus ganas de extender los carnavales otro día más.

“No te vayas carnaval (bis), quédate otro día más (bis). Si por capricho te vas (bis), yo te sigo por tu tras (bis).”

Al día siguiente, solo quedaba el entierro del Ño Carnavalón, quien daría su último paseo por las calles de la capital en camino a las afueras de la ciudad, exactamente a Baños del Inca, donde todos se juntarían para dar el último adiós y escuchar su testamento con los últimos deseos del gran ‘Rey Momo’.

Mientras la’ ‘viudas’ del Ño Carnavalón lloraban la pérdida, se dio la orden de la cremación de los restos del dios de los carnavales.

Ya de regreso por Lima y sufriendo por el calor, es imposible no extrañar un poco de los chapuzones y globazos que uno recibe, y lo peor, es que no hay día en que no deje de tararear las coplas aprendidas en los carnavales.

En definitiva, el carnaval de Cajamarca es una de las mejores experiencias que se pueden vivir en el Perú, esto gracias a que los lugareños y autoridades se preparan por meses para celebrar su fiesta más importante del año.

¿Cómo llegar a Cajamarca?

Hay muchas opciones para llegar a Cajamarca:

• En avión: hay varias compañías que tienen salidas a esta ciudad. JetSmart es una de las opciones más accesibles para llegar en tan solo una hora de viaje. Cuenta con hasta tres vuelos diarios y promociones muy económicas. (Recuerda comprar tus pasajes con anticipación)
• Por carretera: si tienes algo de tiempo y quieres una opción más económica, hay más de una empresa de buses que puedes tomar. Además, para los días de carnaval, se arman excursiones de amigos que se juntan para llegar en buses, camionetas o motos. Eso sí, el viaje tiene tramos que superan los 4.000 m. s. n. m. y el viaje dura aproximadamente 15 horas.