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Década perdida global en gestación, por Humberto Campodónico

“Este contexto de década perdida global debe ayudar a entender nuestra realidad económica de recesión este año, pero de ninguna manera puede considerarse una excusa”.

En el Perú, la discusión sobre la situación económica está a la orden del día. Con una recesión ya instalada en dos trimestres consecutivos, las últimas estimaciones dicen que este 2023 habría un crecimiento negativo de -0.5 a -1.0% del PBI. Las explicaciones son diversas: los conflictos sociales de principios de año, el ciclón Yaku (cambio climático), la caída de la inversión privada y, claro, la inestabilidad política que exacerba las expectativas negativas (los “espíritus animales” de los empresarios).

La cuestión es que, sin dejar de lado toda la importancia de los problemas internos del Perú, nuestro vecindario está en una situación parecida. El último estudio económico de la Cepal de setiembre pasado dice que Colombia y Uruguay crecerán solo 1.2%, mientras que el PBI de Chile será -0.3%. Algo mejor les da a las economías más grandes e industrializadas de la región, como Brasil y México, que crecerán 2.5% y 2.9%, respectivamente, en el 2023.

En el 2024, dice Cepal, que en el mundo persistirán las incertidumbres financieras, además de la desaceleración del crecimiento del PBI y del comercio mundial, muy por debajo de sus promedios históricos. Por tanto, el contexto internacional continuará siendo poco favorable.

El Banco Mundial va bien lejos. Dice que los problemas de la economía global no son coyunturales sino estructurales: “En todo el mundo se está produciendo una desaceleración estructural del crecimiento: si se mantienen las tendencias actuales, la tasa de crecimiento potencial de la economía global –la tasa máxima a la que una economía puede crecer sin propiciar la inflación– se espera que caiga a 2.2% del PBI desde el 2023 al 2030, su nivel más bajo en tres décadas. Casi todas las fuerzas que impulsaron el crecimiento y la prosperidad desde principios de los años 1990 se han debilitado”.

Y agrega: “El resultado es que se está gestando una década perdida, no solo para algunos países y regiones como ha ocurrido en el pasado, sino para todo el mundo. Para superarla es necesario implementar e impulsar un abanico amplio y grande de políticas para rejuvenecerlo” (1).

La cuestión es que los países más afectados son los llamados mercados emergentes y los países en desarrollo. Dice el informe que en el 2015, constatando que había un deterioro sincronizado en las economías emergentes “llegaron al consenso de que los problemas eran cíclicos (coyunturales) y que podían revertirse. Pero, hoy, en el 2023, tenemos una respuesta definitiva: estas economías se encuentran en medio de un prolongado período de debilidad” (ídem, página xviii).

América Latina ha tenido dos décadas perdidas, de 1982 a 1990 y del 2014 al 2023, y se viene la tercera. Si esas son las tendencias y las advertencias, queda claro que la región y el Perú no deben seguir pensando que “solo el libre mercado y su piloto automático nos sacará adelante”. Una de las recomendaciones dice que América Latina debe propiciar la diversificación, pues sus exportaciones de commodities y recursos primarios tienen carácter dominante: si bien una mayor diversificación no es en sí misma impulsora de la productividad, de hecho reduce la volatilidad (de precios), lo que está asociado con un crecimiento más vigoroso. Otra es la importancia del capital humano, la mejora de la calidad de las universidades, así como el aumento en las inversiones para investigación y desarrollo (Perú está en la cola pues solo invierte el 0.3% de su PBI).

Por nuestra parte, un tema clave es avanzar en la integración regional, no solo comercial, sino de políticas que permitan una negociación en mejores condiciones sobre todos los temas globales. Hoy en día cada país se defiende como puede: en los foros de cambio climático, en la implementación de tecnologías de vanguardia, en la defensa de las condiciones comerciales y financieras, entre otras. En un mundo que avanza a la polarización en medio de la lucha por la hegemonía de las grandes potencias, la adopción de políticas regionales comunes, es indispensable.

Este contexto de década perdida global debe ayudar a entender nuestra realidad económica de recesión este año, pero de ninguna manera puede considerarse una excusa. Y, sobre todo, que no saldremos de ella si seguimos tropezando con la misma piedra.

(1) Banco Mundial 2023, Cae el crecimiento de largo plazo: https://bit.ly/3u4wGQx

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Humberto Campodónico

Cristal de mira

Humberto Campodónico. Autor de contenidos y de las últimas noticias del diario La República. Experiencia como redactor en varias temáticas y secciones sobre noticias de hoy en Perú y el mundo.