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A vencer la peste del insomnio, por Hernando Cevallos

“Este es un país donde nunca se acordaron de ‘los nadies’, de los que hoy, en medio de esta crisis recesiva, están razonablemente más preocupados en parar la olla que creer en promesas”.

Mientras que el 9 de diciembre IDL Reporteros fue galardonado en México con el Premio Latinoamericano de Periodismo de Investigación, por sus trabajos Ayacucho radiografía de homicidios y Homicidios en Juliaca, en virtud de las pruebas presentadas sobre los brutales asesinatos durante las protestas sociales de diciembre del año pasado y enero de este año; en Lima parecía como si nada hubiese ocurrido. La indignación popular existente por las muertes en nuestro país, lamentablemente, no produjo la movilización y respuesta social que, por ejemplo, ocurrió en Francia en setiembre, donde decenas de miles de personas repudiaban el deceso de un adolescente por la brutalidad policiaca.

En nuestro país, el Ministerio Público no formalizó investigación alguna por los asesinatos cometidos en contra de la población en lucha, al Congreso le importó un comino y Boluarte, sin ruborizarse, felicitó la acción de las Fuerzas Armadas y policiales. Los medios de comunicación, salvo excepciones, no dijeron ni pío. Así enterró la sociedad peruana lo que nos quedaba de democracia y vergüenza ciudadana.

La gente, ya sea por la desinformación, el miedo o descreimiento, no termina por convertir el asco y la indignación ante un Gobierno dictatorial y una crisis económica que se profundiza en algo más que el murmullo de una encuesta. Y es que, en el Perú, ya a nadie le sorprende que se reprima con violencia la opinión diferente, que la corrupción llegue hasta las altas esferas del Ministerio Público, el Poder Judicial y que se compren congresistas como en una feria. Este es un país donde nunca se acordaron de ‘los nadies’, de los que hoy, en medio de esta crisis recesiva, están razonablemente más preocupados en parar la olla que creer en promesas.

Que el Tribunal Constitucional parece la Cosa Nostra, o el defensor del Pueblo es un mal chiste, es un cuento repetido en el que nunca ganan los de abajo. Un país que el ciudadano siente que no cambiará y que nadie lo representa porque la corrupción siempre gana. Y luego nuestra clase media ensaya la sorpresa de por qué ganó Castillo las elecciones, si “todo iba bien” a nivel macroeconómico, si nos parecíamos cada vez más a Europa. Entonces nos inventamos que debemos mejorar la gestión, la eficiencia y todo solucionado, ¡se acabarán las protestas! Sin reconocer que la gente, por lo menos la que viaja en combi como latas de sardinas, pisándose los callos, o esperando una protección social que nunca llega, esa gente, ese pueblo, no cree más en el Estado y Boluarte, con su enorme incompetencia les ha robado la esperanza y la voz.

Incluso cuando parecía demasiado lo que vive el país a la sombra de una dictadura, el Tribunal Constitucional, en una acción sin precedentes, ordenó la ejecución de un indulto que ya había sido declarado ilegal. Así, aun siendo emplazados a nivel internacional por la Corte Interamericana este Gobierno liberó al sentenciado exdictador: solo una dictadura libera dictadores.

En su célebre novela Cien años de soledad, García Márquez contaba que, durante una terrible peste del insomnio, el pueblo perdía los recuerdos y repetía los errores. Sin duda, es eso lo que quisieran algunos privilegiados: que todo siga igual por siempre y se pierda la memoria que nos enseña el camino. Que las muertes de los rebeldes o el hambre permanezcan ocultas en los programas de TV del mediodía. Pero no se puede sostener la indiferencia cuando la indignación crece y se convierte en acción reparadora y lucha por los derechos. La desunión o falta de liderazgo en las luchas populares puede retrasar o hasta desviar los mejores anhelos sociales, pero la búsqueda por la dignidad de los pueblos no se puede detener. Esta es como el tiempo, que siempre nos alcanza, o la primavera que llegará inexorable.

larepublica.pe
Hernando Cevallos Flores

Líneas rebeldes

Médico piurano especialista en pediatría, exdocente de medicina de la UNP, exministro de Salud, ex congresista de la República, expresidente de la Comisión de Trabajo y S. Social del Congreso, exdecano del Colegio Médico de Piura, expresidente de la Federación Médica de Piura, expresidente del Comité Nacional de Salud Pública del Colegio Médico.